Tulsi o albahaca sagrada

La planta de tulsi (Ocimum tenuiflorum) es considerada una especie sagrada por el hinduismo. También se conoce como tulasí, que en sánscrito significa “la incomparable” y es el nombre de la divinidad hinduista, considerada la Madre Divina sobre la tierra.

Hace unos pocos meses descubrí esta maravillosa planta con múltiples beneficios para el cuerpo la mente y el espíritu, haciéndola la Reina de las hierbas por actuar de manera holistica.

En la tradición ayurveda, el tulsi tiene muchas aplicaciones:

  • – Se utiliza como planta culinaria para aromatizar bebidas y platos típicos.
  • – Es una planta usada en la medicina tradicional.
  • – Posee propiedades farmacológicas.
  • – Es una planta importante en varios rituales religiosos.

Tiene múltiples beneficios para la salud. Se le atribuyen muchas propiedades:

  • – Es un tónico del sistema nervioso y ayuda a combatir los efectos negativos del estrés sobre la memoria.
  • – Alivia los estados inflamatorios de las vías respiratorias (tos, dolor de garganta…).
  • – Reduce los síntomas de la gripe y resfriados como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares.
  • – Posee efecto antibacteriano y alivia las infecciones de la cavidad oral.
  • – Es un repelente natural contra los insectos.
  • – Refuerza la respuesta natural del sistema inmunitario, contribuye a la normalización de las funciones del organismo y consigue todo ello proporcionando nutrientes al sistema nervioso.
  • – Posee propiedades que ayudan a desintoxicar el cuerpo (detox).
  • Pero los efectos que más me gustan de la Reina de las hierbas, sobretodo al tomarla en infusión, es la sensación de bienestar, paz y serenidad que me da. Algunos estudios han demostrado que el beber Tulsi a diario equivale a la práctica del Yoga. Principalmente porque ayuda a armonizar el cuerpo/mente, y un cuerpo que está en armonía es un cuerpo sano.

Por todos estos beneficios se ha convertido en un indispensable en mi casa y además tiene muy buen sabor.

Os invito a que la probéis y me contéis.

Lourdes Coll